Jul 25 2019 0

La crisis climática está fuera de control

La escalada de la crisis climática ha provocado en 2018 un aumento récord del nivel del mar, temperaturas terrestres y oceánicas al alza, mayor acidificación de los océanos y pérdida sin precedentes de los mantos de hielo. El hambre y los desplazamientos aumentan, al igual que las emisiones de CO2.

El impacto del cambio climático sobre los ecosistemas naturales y las poblaciones humanas prosigue su escalada y alcanza nuevos récords que ponen de manifiesto que está fuera de control.

Según el último informe de la Organización Meteorológica Mundial, correspondiente a 2018, la elevación del nivel del mar ha alcanzado un nuevo récord, al mismo tiempo que las temperaturas terrestres y oceánicas han sido excepcionalmente altas en los últimos cuatro años. Esta tendencia al calentamiento se inició a principios de siglo y se prevé que continúe.

En 2018, el nivel medio del mar a escala mundial fue aproximadamente 3,7 mm más alto que en 2017, un valor que marcó un nuevo récord. En el período de enero de 1993 a diciembre de 2018, la velocidad media de subida del nivel del mar fue de 3,15 ± 0,3 mm al año, y la aceleración estimada, de 0,1 mm al año. La pérdida acelerada de masa de los mantos de hielo es la principal causa del incremento en el ritmo de elevación del nivel medio del mar a escala mundial, señala el informe.

Pérdida de hielo

Por un lado, la extensión del hielo marino en el Ártico se situó muy por debajo de la media durante 2018 y se mantuvo en niveles bajos sin precedentes durante los dos primeros meses del año. A finales de 2018, la extensión diaria de hielo se mantuvo cerca de los niveles mínimos jamás registrados. Por otro lado, la extensión del hielo marino de la Antártida menguó también a gran velocidad, y los valores de las extensiones mensuales figuran entre los cinco registros más bajos para cada mes hasta finales de 2018.

Por lo que respecta a la capa de hielo de Groenlandia, ha perdido masa prácticamente cada año a lo largo de los dos últimos decenios. Desde 2002 ha registrado una pérdida de masa en la capa de hielo de Groenlandia de aproximadamente 3.600 giga toneladas. Un estudio determinó que la reciente frecuencia a la que se suceden los episodios de deshielo en la capa de hielo de Groenlandia es inédita en, por lo menos, los últimos 500 años.

Y sobre el retroceso de los glaciares, el informe señala que los resultados preliminares de 2018, basados en un subconjunto de glaciares, indican que el año hidrológico 2017/2018 ha sido el 31 año consecutivo de balance de masa negativo.

Temperaturas al alza

A inicios de este año, las temperaturas invernales diarias en Europa batieron récords de calor, mientras que se observó un frío inusual en América del Norte y olas de un calor abrasador en Australia.

El informe cita al último Boletín sobre el clima estacional mundial (de marzo a mayo) de la Organización Meteorológica Mundial, para advertir que, a causa de unas temperaturas de la superficie del mar superiores a la media –debidas en parte a un episodio débil de El Niño en el Pacífico–,  se producirá este año un aumento de la temperatura terrestre hasta alcanzar niveles superiores a lo normal, particularmente en las latitudes tropicales.

“Los datos que se publican en el presente informe suscitan gran inquietud. Los últimos cuatro años han sido los más cálidos jamás registrados, y la temperatura media mundial en superficie de 2018 estuvo aproximadamente 1°C por encima del valor de referencia de la era preindustrial”, señala el informe.

Olas de calor más largas

Se estima que, entre 2000 y 2016, el número de personas expuestas a olas de calor aumentó en aproximadamente 125 millones, dado que las olas de calor han sido, de media, 0,37 días más largas que en el período de 1986 a 2008, según la Organización Mundial de la Salud.

Estas tendencias levantan la voz de alarma en la comunidad de la salud pública, dado que se prevé que la intensidad, la frecuencia y la duración de los episodios de temperaturas extremas aumenten todavía más, a medida que las temperaturas globales continúen su escalada.

Cabe esperar, según el informe, que el calentamiento global contribuya a la disminución observada del oxígeno en alta mar y en las zonas oceánicas costeras, entre ellas en los estuarios y mares semi-cerrados.

Desde mediados del siglo pasado, se ha estimado una disminución de entre el 1% y el 2% en el inventario de oxígeno oceánico en todo el mundo, según la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Por otro lado, en 2018 se marcaron nuevos máximos en cuanto al contenido calorífico de los océanos hasta los 700 m de profundidad (datos desde 1955) y hasta los 2.000 m (datos desde 2005), rebasando así los récords previamente establecidos en 2017.

La acidificación de los océanos es otra consecuencia del cambio climático: en el decenio pasado, los océanos absorbieron aproximadamente el 30 % de las emisiones antropogénicas de CO2. El CO2 absorbido reacciona con el agua marina y modifica su pH. Este proceso se conoce como acidificación de los océanos, y puede mermar la capacidad de los organismos marinos, como moluscos y corales que conforman arrecifes, para crear y mantener su caparazón y esqueleto.

Las observaciones realizadas en aguas oceánicas abiertas durante los últimos 30 años han puesto de manifiesto una clara tendencia hacia la reducción del pH. De conformidad con la COI de la UNESCO, y en consonancia con informes anteriores y previsiones sobre acidificación, la acidificación de los océanos persiste y prosigue la reducción en los niveles del pH oceánico a escala mundial.

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